miércoles, 11 de enero de 2012
La ducha
…La lluvia caía lentamente en la ciudad. El agua recorría los cristales, este movimiento mantenía al niño ensimismado. Mientras él estaba así, su madre trabajaba en su despacho escribiendo un libro que le habían encargado. Ella era alta, sus ojos oscuros, su pelo castaño, liso y largo; a sus treinta y dos años la habían catalogado como una de las mejores escritoras del momento. Su padre trabajaba como profesor de bachillerato en el instituto "Timony Pumba". Por las tardes solía entrenar, después jugaba con su hijo a la videoconsola…
Hoy mi marido no ha ido a trabajar y me ha sorprendido con una rosa roja cuando desperté.
…Poco a poco la lluvia fue amainando a la vez que iba oscureciendo. Alrededor de las nueve, el padre llegó a casa después de su partido. Saludó a su hijo, que estaba viendo su película favorita. Después fue a ver a su mujer que continuaba en su despacho atareada con el libro; abrió la puerta, saludó y le dijo que la esperaba en la ducha...
Ante una invitación tan sugerente, dejé de escribir y fui con él.
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